miércoles, 29 de julio de 2009

¿Y si al final, resulta que no regresas?

¿Y si al final, resulta que no regresas?
¡Chingao!
Tanto rezo, tanto deseo, tantas invocaciones, tanto desmadre…
Por recordar tus besos, casi me tropiezo en la angustia del dolor sumido en un cuarto.
Por recordar tus labios, carnosos, grandes, húmedos sobre mis labios, entre mis dientes.

Y al recorrer el mismo camino que juntos caminamos,
Aquel cuarto clandestino de hotel, a la orilla, al extremo, donde un día te hice mía y me aclaraste que era tuyo desde el principio, desde antes, desde siempre.

¿Y si al final, resulta que no regresas?
¡Qué poca madre!
No podría creer que no te duela, que no me extrañes…
Pero a final de cuentas, ¿Qué importa?
¿A quién le importa si tu memoria no sirve para amar?
¿A quién le importará si me olvidas al final?
Si no te importa a ti, que me importe a mi… no tiene importancia.

El olor del auto me recuerda tu cabello y tu cuello…
Aquellos besos fugitivos por la tarde, por la noche, en que con locura me encontrabas y atrevida te entregabas a los breves instantes de pasión, de romance.
Estacionados en el polvo, soñábamos con el futuro y pensábamos que era posible, con la humedad en la piel, con el calor en las manos, con la ternura en los ojos.

¿Y si al final, resulta que no regresas?
Quizá te llore por un mes o dos mas, quizá mi alma te llore por siempre.
Quizá la tristeza se vuelva mi eterna compañera…
o solo diga que soy feliz,
aunque siga pensando en ti y sintiendo este vacío en el pecho, este vacío…

Camino entre los puestos y las tiendas, voy y vengo entre las personas,
cualquier película irremediablemente me recuerda a ti, tu sonrisa, tus palabras.
¿Si no regresas?… chingao… ¿Qué hago si no regresas?
Mi fe no tendría sentido, ni mi lámpara de Aladino, ni mi lógica, ni nada…
Nada de nada, como si en la nada se quedara todo, el amor, los besos, las palabras, las promesas, las miradas, las caricias, los proyectos, los planes, los deseos, los sueños, la pasión, ¡Caramba!, nada…

¿Y si al final, resulta que no regresas?
¡Qué pinche resultado!, de verdad…
Por eso, espero que regreses, hoy o mañana, que regreses completita y te vuelva a oler, a probar, a tocar… amar.
Espero que regreses y seguiré esperando, porque si al final, resulta que no regresas, chingao, que pinche resultado…

Mejor regresa, seguiré esperando… hasta el final de todo, cuando no quede nada.

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